Todo comenzó en el año 10191 d.C. Las dinastÃas codician la especia, una fuente de energÃa de un poder incomparable que solo se puede encontrar en un planeta totalmente desértico y particularmente hostil. Entre los protagonistas, el joven Paul Atréides, interpretado por Timothée Chalamet, se dará cuenta de que tendrá un papel crucial que desempeñar.
¡¡¡¡Una inmersión intensa y aterradora
Antes del cineasta quebequense, muchos intentaron adaptar Dune al cine como Arthur P. Jacobs, Alejandro Jodorowsky o Ridley Scott. En 1984, David Lynch logró financiar su proyecto, pero su largometraje fue un desastre artÃstico y financiero. Un amargo fracaso del que el director de Twin Peaks no quiere hablar más.
Es cierto que la novela se ha ganado la reputación durante años como una narrativa inadecuada para el cine. Sin embargo, cuatro años de trabajo y un presupuesto de 165 millones de dólares después, solo se necesitan segundos de la pelÃcula de Villeneuve para convencerse de que está sucediendo algo parecido a un milagro cinematográfico. A la vez poética y aterradora, intensa y majestuosa, llama la atención la zambullida en el universo de Dune, puntuada por la poderosa partitura de un Hans Zimmer de los grandes dÃas.
Una especie de versión adulta de The War stars aderezado con un toque de Juego de Tronos (hay muchos puentes entre la pelÃcula y la serie). Un poder misterioso, un funcionario electo, personajes terrenales e irritantes, un emperador invisible, familias que se desgarran entre sÃ, naves interminables que explotan, problemas polÃticos y una mitologÃa que toma forma ... Por no hablar de los monstruos, incluido el famoso gigante gusanos que, en una primera escena antológica, parecen titánicos.
¡El trasfondo y el gran espectáculo se vuelven uno!
Unas palabras sobre los actores, todos extraordinarios, desde Timothée Chalamet hasta Jason Momoa pasando por Oscar Isaac, Rebecca Ferguson, Stellan Skarsgard, Zendaya, Josh Brolin y la increÃble Charlotte Rampling. La secuencia de confrontación entre la actriz y Chalamey es sorprendentemente simple en su forma y, sin embargo, de un poder excepcional. Rampling es imperial, Chalamet impresionante. Un extracto para mostrar en todas las escuelas de actuación.
Si el director está visiblemente complacido por tomarse el tiempo (a veces demasiado) para filmar este universo que domina a la perfección con una increÃble sensación de ambientación y tomas asombrosamente hermosas, nunca se olvida de compartir este placer filmando Secuencias de acción épicas donde los efectos especiales digitales y mecánicos son perfectos. Evidentemente, Villeneuve imprime sus propios temas en la visión de Frank Herbert: ecologÃa, filiación, guerra territorial… o cuando trasfondo y gran espectáculo se unen.
La máquina para hacer un gran cine SF funciona a toda velocidad sin que ningún grano de arena lo detenga, o casi. Observamos aquà y allá algunas longitudes, personajes a veces un poco demasiado congelados y un final por debajo del resto. Pero en comparación con la espectacular oferta cinematográfica a la que nos invita el director, podemos decir que con Dune, Villeneuve acierta en su apuesta y cumple su misión imposible adaptando la obra de culto de Herbert.
Por fin devolvamos a César lo que pertenece a César, el tÃtulo de nuestro artÃculo "Spicy Opera" está tomado del tÃtulo del álbum homónimo de Stéphane Picq y Philippe Ulrich, compuesto para el lanzamiento del videojuego Dune en 1992 editado por Cryo.