Bébel, era un estilo, una broma, una boca. Una trayectoria ejemplar de 60 años (80 pelÃculas) que, sin embargo, habÃa comenzado mal durante su paso por el Conservatorio, donde permaneció cuatro años. Abordado por el jurado que le otorgó un simple acceso al final de un concurso en torno a una obra de Feydeau, impidiéndole entrar en la Comédie française, y mientras el público lo aclamaba y sus amigos lo llevaban triunfalmente para apoyarlo, Belmondo se dirigió a un fantástico brazo de honor a sus detractores. Todo estaba dicho.
Luego estarán Godard y la Nueva Ola para el cortometraje Charlotte et son Jules, Pierrot le Fou, À bout de souffle, Chabrol, Sautet, Verneuil (Un mono en invierno), Truffaut luego Italia con Mauro Bolognini y Vitorio de Sica. Una vida de rodajes y pelÃculas que quedan. Y luego acrobacias, por supuesto.
¡¡¡Adrenalina bombeada
"Si quieres que te doblen, es mejor que no hagas pelÃculas de aventuras. Siempre he tenido gusto por el riesgo ... y siento mejor mis roles cuando los hago yo mismo â€.
Miedo a la ciudad, El profesional, El alpaguer, El as de los ases, tantas pelÃculas sensacionales dopadas de adrenalina y llevadas por escenas de acción magistralmente coreografiadas. Detrás de las acrobacias y las impresionantes hazañas deportivas, Jean-Paul Belmondo alias Bébel, cuyos papeles, tanto comprensivos como perdurables, han marcado nada menos que a tres generaciones de espectadores.
Bon voyage Monsieur Belmondo.